LA CATEQUESIS SE AUXILIA DE LA PEDAGOGÍA DE LA FE

LA ORIGINALIDAD DE LA PEDAGOGÍA DE LA FE

En primer lugar es preciso recordar que la catequesis, definida por el Sínodo de 1977 como “la educación ordenada y progresiva de la fe”, es pedagogía de la fe y que en los últimos tiempos dicha pedagogía ha encontrado caminos de renovación en fidelidad a la misión de la Iglesia de anunciar el amor de Dios a todos los hombres en sus circunstancias concretas. Así mismo hay que recordar la importancia que para la vida de la Iglesia y, por ende, para la catequesis, representa el Concilio Vaticano 11. El retomo a las fuentes, es decir, al testimonio de la experiencia del pueblo de Israel y de los primeros cristianos que ofrecen los libros de la Biblia, recordó a la Iglesia aspectos de la revelación de Dios que durante siglos habían estado oscurecidos por otras preocupaciones. Entre otras cosas, la Iglesia recordó y precisó que: el contenido de la revelación de Dios es la buena noticia de la salvación que tiene como centro a Jesucristo; la revelación de Dios es un encuentro personal entre Dios y el hombre; Dios se revela en la historia de los hombres; la buena noticia de la salvación toca profundamente la experiencia humana y se hace vida; la Iglesia es pues pueblo de Dios; Todo los bautizados son llamados a la santidad y son responsables de la misión de la Iglesia.

Estos aspectos, que la Iglesia recordó y revisó, ciertamente tienen repercusión en la actividad catequética, para la cual el Concilio señaló algunas pistas, encargando a la Congregación del Clero la elaboración de un Directorio que aplicara a esta acción de la Iglesia las líneas teológicas y pastorales señaladas por el Concilio. Años después, el Papa Juan Pablo II reunió un Sínodo para estudiar las necesidades de la catequesis y responder a ellas. El Sínodo recogió el querer de toda la Iglesia y lo entregó al Santo Padre en forma de recomendaciones, las que a su vez fueron acogidas por él en la Exhortación Apóstolica “Catechesi Tradendae”, publicada en 1979. Dicha Exhortación hace énfasis en dos características de la pedagogía de la fe. El Papa precisa que “la originalidad de la fe conlleva una pedagogía igualmente original” (CT. 58), a la vez que fundamenta dicha originalidad en la pedagogía de Dios en la que ella se inspira: “La originalidad irreductible de la identidad cristiana tiene como corolario y condición una pedagogía no menos original de la fe. Entre las numerosas y prestigiosas ciencias del hombre que han progresado enormemente en nuestros días, la pedagogía es ciertamente una de las más importantes. Las conquistas de las otras ciencias – biología, psicología, sociología-, le ofrecen aportaciones preciosas. Las ciencias de la educación y el arte de enseñar son objeto de continuos replanteamientos con miras a una mejor adaptación o a una mayor eficacia, con resultados por lo demás desiguales”.

“Pues bien, también hay una pedagogía de la fe y nunca se ponderará lo bastante lo que ésta puede hacer en favor de la catequesis. En efecto, es cosa normal adaptar, en beneficio de la educación en la fe, las técnicas perfeccionadas y comprobadas de la educación en general. Sin embargo, es importante tener en cuenta en todo momento la originalidad fundamental de la fe. Cuando se habla de pedagogía de la fe, no se trata de transmitir un saber humano, aun el más elevado; se trata de comunicar en su integridad la Revelación de Dios. Ahora bien, Dios mismo, a lo largo de toda la historia sagrada y principalmente en el evangelio, se sirvió de la pedagogía que debe seguir siendo el modelo de la pedagogía de la fe. En catequesis, una técnica tiene valor en la medida en que se pone al servicio de la fe que se ha de transmitir y educar, en caso contrario, no vale” (CT. 58). Por eso, porque tiene como modelo la pedagogía de Dios, la pedagogía de la fe no puede ignorar que la pedagogía de Dios parte de la realidad de las personas y las interpela en su situación; se realiza en un diálogo en el que Dios toma la iniciativa; es invitación a Dios a un estilo de vida y respuesta del hombre que se arriesga a aceptarla; utiliza signos en los que los hombres aprenden a leer el mensaje de Dios;  es la pedagogía del amor que promueve al hombre, hace hermanos, libera de toda esclavitud y alienación; tiene como centro a Jesucristo; pasa por la experiencia de la comunidad; integra el anuncio de las buenas noticias de la salvación, la celebración de la fe y el testimonio. En consecuencia, el contenido de la catequesis es la buena noticia del amor de Dios que tiene como centro a Jesucristo y que la Iglesia tiene la misión de anunciar. Además, si la metodología catequética asume el proceso de la revelación, el proceso catequético parte de la experiencia humana, integra en el anuncio de las buenas noticias del amor de Dios la Palabra, la celebración y el testimonio, conduce a la conversión de los corazones y las estructuras. Por último, en cuanto la catequesis es acción y experiencia eclesial, es parte de la evangelización, y el catequista ejerce un ministerio eclesial.

Por todas estas razones la pedagogía de la fe no puede imitar los métodos de otras áreas del saber. Ella consiste en la iniciación a la experiencia cristiana que es experiencia de Dios y experiencia de fraternidad, en la iniciación al lenguaje de la experiencia cristiana y en la iniciación a la vida cristiana que es la nueva vida en Cristo.

 

Isabel Corpas de Posada

2 respuestas a “LA CATEQUESIS SE AUXILIA DE LA PEDAGOGÍA DE LA FE”

  1. Claudia Esperanza Sana dice:

    Dios los bendiga por estás bellas ayudas pero quisiera poder descargar los archivos en formato PDF en mi móvil. Gracias

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *