Los monjes amenazaron al pueblo con el castigo de Dios
En cierta ocasión me encontraba yo en un pequeño pueblo de la India, cuando me enteré que dos monjes de una conocida secta religiosa habían llegado al pueblo en su ronda anual de recaudaciones de fondos para sus instituciones.
El pueblo era pequeño y la gente muy pobre, y yo pensé que los monjes se quedarían casi con las manos vacías. Y así lo dije a los monjes… que se limitaron a sonreír y a guardar silencio. Una vez que se marcharon, se supo, en el pueblo, la suma que se habían llevado. Y yo no podía creerlo: venía a ser el equivalente a los ingresos totales de todo el pueblo durante un mes.
Los monjes habían declarado desde el comienzo de su predicación, la cantidad de dinero que esperaban recaudar, añadiendo que, si no la entregaban al contado, harían caer la maldición de Dios sobre todo el pueblo. Y la gente del pueblo se sometió humildemente. Eran pobres, pero temían la cólera divina. Un pueblo entero había sido manipulado hasta la miseria en el nombre de Dios, Los monjes fueron despedidos con todos los honores y prosiguieron intrépidos su peregrinación financiera según el itinerario trazado.
¿Puede Dios castigar? Dios nunca castiga ni en esta vida ni en la otra. Los males que padecemos son fruto de nuestra maldad o consecuencias de las leyes naturales tampoco el castigo eterno que el hombre puede merecer con su conducta inmoral, es obra de Dios sino nuestra. Somos nosotros que rechazando la oferta de amor que Dios nos da, nos quedamos sin el premio que Dios ofrece a los que le aman. “No entrarán en el Reino de Dios,” significa “quedarán afuera por no haber aceptado entrar”. Dios no rechaza a nadie y a nadie castiga. Cada uno recibirá lo que eligió libremente; también el quedarse sin Dios.
Pedro Chinaglia Salesiano (SDB)
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