SIGNIFICADO SACRAMENTAL DE LA VIDA HUMANA PRESENTE EN LA ESCRITURA
Por existencia humana entendemos al ser humano en todas sus dimensiones, sus situaciones, sus relaciones, sus experiencias, es decir, a la persona y todo lo que está en relación con ella, desde que nace hasta que muere.
Por ver una cualidad que nos distingue, por medio de la cual descubrimos los muchos significados que hay en la existencia de todos los hombres y mujeres.
Hay tres fundamentos para entender la sacramentalidad de la existencia humana.
El primer fundamento de la sacramentalidad es la doble propiedad que tiene la persona humana en la unidad profunda de su ser: su corporeidad y su interioridad. La vemos como un ser espiritual y corporal. Es un cuerpo revestido de espíritu o un espíritu acompañado de un cuerpo. Antiguamente se decía que el ser humano es un compuesto de cuerpo y alma.
- Por la corporeidad el cuerpo es reconocido como un don original, sede del yo y de la conciencia, espacio de la solidaridad con la naturaleza, vocación a la relación con el tú y con los otros; recinto del espíritu, objeto de belleza, medio de comunicación, palabra que interpreta, lugar de las emociones, los sentimientos, la razón… El cuerpo es la manifestación del ser humano.
- Por su interioridad el hombre es visto como misterio inabarcable, realidad subjetiva dotada de originalidad y de profundidad existencial, irreductible a cualquier tentativa de cosificación. En otros términos, es el aspecto que se expresa como espíritu que trasciende toda corporeidad y que, sin embargo, la necesita como base de todo.
- El segundo fundamento de la sacramentalidad: el hombre es
un ser para los demás. Es por naturaleza alguien hecho para la relación. Esto significa que la relación es primera vocación más de su vida. En efecto, es concebido, nace, se desenvuelve y se realiza siempre en la relación. Nada en él se opera sin una relación. Relaciones con la naturaleza, (dominio/ perfeccionamiento), históricas con el tiempo (protagonistas), interpersonales, (igualdad- reciprocidad), y trascendentes con Dios (creaturalidad-obediencia) constituyen la base de su existencia.
- El tercer fundamento de la sacramentalidad: El hombre se concibe desde sus relaciones, como un ser de significados. Toda su existencia se realiza a través de numerosos signos, que son realidades con sentido, que reflejan al mismo tiempo su cuerpo y su espíritu. El hombre es signo, pero también crea signos que son vehículos de la comunicación y del encuentro. Es esencialmente sacramental.
- Los signos pueden ser naturales a la realidad, como el humo que manifiesta el fuego, o aplicados por la persona a la realidad, como la bandera que se manifiesta a la patria.
Los lugares donde se vive la sacramentalidad humana
- La persona en su calidad corpórea- interior: cuerpo, mirada, saludos, gestos posturas sonidos, silencios, comportamientos, actitudes, danzas, peregrinación… todo ello revela deseos, emociones, sentimientos, aspiraciones, etc.
Es el sacramento de la persona.
- Los objetos como extenciones del cuerpo o realidades materiales integradas a lo corporal: ritos, utensilios, instrumentos de trabajo, de hornato, de expresión artística, política, religiosa, económica, cultural, imágenes, productos de la tierra, etc. Todos los objetos tienen un significado para las personas. Es el sacramento de la naturaleza.
- Los espacios especialmente cargados de sentido humano: la casa, la escuela, la iglesia, el barrio, el comedor, la sala de espera, el recibidor, el hospital, etc. Es el sacramento del recinto.
- Los tiempos (cíclicos, lineales, abiertos) que constituyen la historia como sede de múltiples significaciones existenciales, tanto en lo individua como en lo social: aniversarios, conmemoraciones, acontecimientos fundantes, (mitos) periodos privilegiados, cotidianidad, etc. Es el sacramento del tiempo.
Todos estos lugares son portadores de mensajes, revelan realidades invisibles y contienen significaciones vitales. Son esencialmente sacramentales.
La sacramentalidad de la existencia humana en sus diversas manifestaciones exige necesariamente una tarea de interpretación, que permite comprender los significados y conduce al encuentro de las realidades más profundas de la vida: amor, verdad, misericordia, justicia, etc. Se trata, por tanto, la búsqueda y descubrimiento de los significados, ya sea porque están dentro de ella o porque nosotros mismos se los atribuimos.
Para concluir podemos afirmar cuatro cosas muy importantes
- Toda vida humana, en todas sus manifestaciones, pequeñas o grandes es sacramental: porque siempre en ella hay uno o varios significados:
- Sin el cuerpo no puede haber experiencia ni manifestación de lo espiritual, ni revelación del misterio interior que cada uno tiene. También toda experiencia de lo sagrado pasa siempre por nuestro cuerpo y nuestros sentidos…
- La gracia supone la naturaleza humana, no la destruye, sino que la perfecciona y la manifiesta en toda su plenitud.
- Nada puede ser significativo a lo divino, ni puede ser portador de salvación y de gracia, si primero no es significativo a lo humano y no es portador de humanidad.
Escribe tus pensamientos después de leer el tema y compártelos con tus compañer@s catequistas
Tomado del libro leer la Biblia con ojos de catequista
Autor: Padre Francisco Merlos A
Experto en catequesis y Asesor del “CAEIE”
Deja un comentario