31 DE MAYO ÚLTIMA ROSA OFRECIDA A MARÍA. NO DEJEMOS DE REZARLE, ELLA ES NUESTRA AUXILIO EN ESTOS TIEMPOS DIFÍCILES

Temer ¿a qué?

Te copio una estrofa popular que hace siglos rezaban los cristianos con frecuencia, para que ahora se la digas a Ella:
“No, no temo nada; no temo a mis pecados, porque puedes remediar el mal que me han causado; no temo a los demonios, porque eres más poderosa que todo el infierno; no temo a tu Hijo, justamente indignado por mí, porque se aplacará con una sola palabra tuya. Sólo temo que por mi culpa deje de encomendarme a Ti y así me pierda”.

¡Qué seguridad! ¡Y qué lógico! Si yo no le dejo, Ella no me dejará. Lo único que puede darnos miedo es dejar de rezar y alejarse de María.
Madre mía, hoy acaba el mes dedicado a Ti. Tenme siempre cogido de tu mano. Cuídame cada día hasta el día de mi muerte. Y así vaya al cielo, donde ya poder estar contigo por los siglos. Amén.
Ahora puedes seguir hablando a María con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído.

ORACIÓN INICIAL PARA CADA DÍA
Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:
“NO TIENEN VINO”: presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.
“HACED LO QUE ÉL OS DIGA”: dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.
“HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR”: que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.

ORACIÓN FINAL PARA CADA DÍA

¡OH SEÑORA MÍA, Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a ti; y en prueba de mi amor de hijo te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre buena, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén

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