EN LA ESPIRITUALIDAD DEL CATEQUISTA. LA EUCARISTÍA ES SU FUERZA

LA EUCARISTÍA ES LA FUERZA DEL CATEQUISTA

La Eucaristía es la fuerza del catequista, afirma obispo de Avellaneda-Lanús (Argentina), Mons. Rubén Frassia, afirmó que Jesús presente en la Eucaristía “es la fuerza de un catequista”, quien podrá cumplir con su misión siempre y cuando pase “por la experiencia del encuentro con Él y de la conversión”.

“No pongan límites a la gracia de Dios, no se queden en excusas superficiales, el Espíritu Santo está soplando muy fuertemente”,.

Mons. Frassia explicó a los catequistas que sin un encuentro con Jesús, “vamos a decir muy poco a los demás. ¿Saben por qué? Porque no estamos convencidos”.

“A veces la tarea apostólica está agarrada superficialmente con alfileres: con algunos datos, con algunas costumbres, con alguna cercanía de las personas, con una cierta estructura de la parroquia o de la capilla; está todo agarrado con alfileres. Y cuando viene la crisis grande, cuando viene un viento fuerte, si no hay raíces, ‘uno se va abajo’”, advirtió.

Frente a esto, el obispo animó a preguntarse “¿a quién seguimos?”. “No seguimos fórmulas, no seguimos doctrinas, no seguimos ideologías. ¡Seguimos a la persona por excelencia: Jesucristo, el Hijo de Dios y el Hijo de María Virgen! Una persona que está viva y no muerta”, afirmó.

En ese sentido, el encuentro con Jesucristo en estos tiempos difíciles “da el fundamento a todo”, por lo tanto urge buscarlo en su Palabra “que nos alimenta, nos nutre, nos poda, nos purifica, nos robustece”.

Sobre todo Jesús está “en la Eucaristía”, y “cuando lo adoramos, cuando lo contemplamos, cuando le hablamos, cuando escuchamos, cuando estamos en silencio en la adoración, estamos recibiendo mucha fuerza, mucha gracia; estamos recibiendo la vida, pero una vida que no tiene final, no termina”, aseguró.

“La Eucaristía es la fuerza de un creyente, es la fuerza de un catequista; es la fuerza de las horas hermosas y de los momentos difíciles; es la vida que tiene esos altibajos, pero Él está presente en la Eucaristía. Es la persona por excelencia y de allí mana toda la fuerza del Espíritu de Dios”, insistió Mons. Frassia.

Finalmente, cuestionó: “¿Qué excusa podemos poner? ‘Estoy tentado’, ‘no tengo ganas’, ‘me hicieron esto y aquello’, ‘me defraudaron los demás’ o ‘me hicieron a un lado’ o ‘me peleé con el cura’ o ‘me pasó tal cosa’; nosotros ¿seguimos esas razones? ¡Son insuficientes! ¡Nosotros seguimos a Él! Y al seguirlo a Él todo lo demás se pone en segundo lugar”.

Finalmente, el obispo pidió a los catequistas preocuparse “para que la fe crezca siempre en ustedes” y recordar que fue Jesús quien “misteriosamente irrumpió nuestra soledad, quebrantó nuestro egoísmo, nos sacó de la oscuridad y nos hizo ver la luz”

Redacción ACI Prensa

Crédito: Daniel Ibáñez

 

 

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