PARA PENSAR LA CATEQUESIS: EL CIEMPIÉS NO VOLVIÓ A CAMINAR

Y el ciempiés no volvió a caminar

 

 

“Había una vez un ciempiés que bailaba estupendamente. Cuando lo hacía, todos los animales del bosque se reunían para verlo. Y todos quedaban muy impresionados por el exquisito baile. Pero había un animal al que no le gustaba el baile del ciempiés. Era un sapo envidioso. ¿Qué puedo hacer para que el ciempiés deje de bailar?, pensó el sapo. No podía decir simplemente que no le gustaba el baile… Entonces concibió un plan diabólico. Se sentó y escribió una carta al ciempiés. “Ah, inigualable ciempiés. Soy un devoto admirador de tu maravillosa forma de bailar. Me encantaría aprender tu método. ¿Levantas tú primero el pie izquierdo nº 78 y luego el pie derecho nº 47? ¿O empiezas el baile levantando el pie izquierdo nº 23 antes de levantar el pie derecho nº 18? Espero tu contestación con mucha ilusión. Atentamente el sapo”.

Cuando el ciempiés recibió la carta, se puso inmediatamente a pensar en qué era lo que realmente hacía cuando bailaba. ¿Cuál era el primer pie que movía? ¿Y cuál era el siguiente?

¿Qué cree que pasó? Preguntó el profesor Albert Knox a Sofía Amundsen. “Creo que el ciempiés no volvió a bailar jamás” .contestó Sofía.”.

Del libro: “El mundo de Sofía” de Jostein Gaarder.

El autor de este cuento es un filósofo del siglo XIX, muy famoso por su pesimismo: Arturo Schopenhauer.

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