PARA PENSAR LA CATEQUESIS: LA COSTUMBRE DE LOS ESQUIMALES

Una curiosa costumbre de los esquimales.

 

Los esquimales tradicionales tienen una bella costumbre: cuando a alguien le ha sucedido algo desacostumbrado fuera de casa, al volver se sienta en el suelo contra la pared sin decir nada. Al fin, uno de la familia nota que algo le ha debido de suceder y le pregunta: “¿Qué es lo que ha pasado?” Y entonces él le cuenta todo lo que pasó.

El silencio y el gesto de sentarse apoyado en la pared, era la preparación para contar y escuchar la experiencia personal.

La costumbre de los esquimales de observar en qué estado de ánimo un familiar vuelve a la casa, nos dice que preocuparse por los demás es un signo de amor verdadero y de interés. Si somos una verdadera imagen de la SS. Trinidad y nos sentimos hermanos en Cristo, tenemos que soportar el peso de unos con otros “Sopórtense los unos a los otros” (Col 3,13).

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