PARA PENSAR LA CATEQUESIS: LOS CIEGOS QUE INTENTAN ADIVINAR LO QUE ES UN ELEFANTE

Siete ciegos tientan adivinar lo que es un elefante.

Uno dijo: es una columna; otro, es una pared; otro, dijo, parece un techo; a otro, le pareció una cuerda, mientras que a otro le pareció un abanico; es un cuerno, dijo otro ciego, no, es una manguera afirmó el último. Cada cual lo describió según que sus manos habían palpado al elefante: la pata, el costado, el vientre, el rabo, la oreja, el colmillo, la trompa.

Podemos comparar los ciegos a los paganos que, según Pablo, buscan a Dios como a tientas y no pueden conocerlo porque sólo el Hijo de Dios lo puede revelar. Pablo a los atenienses les dijo que “Dios los dejó que buscaran por sí mismos a Dios, para ver si lo descubrían aunque fuera a tientas y lo encontraran”. (He 17,27).

Nosotros, en cambio, podemos conocer a Dios que se hizo visible en Jesucristo su Hijo. No caminamos a tientas sino que vivimos iluminados por la palabra de Dios. Si alguien hubiera hablado a aquellos ciegos describiéndole el elefante, habrían podido conocerlo mucho mejor que palpándole al azar.

Nosotros, aunque no vemos a Dios, lo conocemos por su Palabra hecha carne que es Jesucristo: “Quién me ve a mí ve al Padre”.(Jn 14,9)  

Pbro. Pedro Chinaglia Salesiano (SDB)

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