PARTE II PROYECTO DE VIDA PARA CATEQUISTAS: LA PERSEVERANCIA ES LA CLAVE DEL ÉXITO ESPIRITUAL

PROYECTO DE VIDA EN EL CATEQUISTA

Vivir el momento presente

Para que tu Proyecto sea efectivo y dé frutos en tu vida es importante que vivas tus propósitos desde el momento presente.

¿Qué significa esto? En primer lugar, que el énfasis no lo debes poner en lo que no puedes alcanzar, en lo que no hiciste, en si podrás o no podrás. Lo más importante de todo es lo que Dios quiere de ti hoy, lo que Él quiere hacer en tu vida.

Esto te traerá paz, y podrás vivir todo este proceso bajo la mirada de Dios y con la máxima intensidad. Te ayudará a estar centrado y concentrado en lo que Dios está haciendo en ti, en alcanzar lo que Dios quiere hacer en tu persona.

Se trata, por lo tanto, de vivir cada acción o circunstancia concreta de tu vida con profundidad y con el deseo intenso de estar bajo la mirada de Dios.

Dos actitudes fundamentales

En este proceso de elaborar tu Proyecto de Vida (y de vivir según él) son necesarias dos actitudes fundamentales.

En primer lugar, invocar al Espíritu Santo. El Espíritu es el fuego divino que habita en el corazón del discípulo y es también el secreto de su vida espiritual.

Por eso como discípulo tu vida debe ser una invocación continua al Espíritu Santo. Pídele que baje sobre ti, sobre tu vida, sobre tu mente, sobre tu corazón y te cristifique. Pídele que te santifique y que actúe a través de ti.

Y déjate guiar y conducir por ÉL. Recuerda lo que te explicábamos aquí.

De esta manera tu vida será una vida según el Espíritu y no según la carne (Cf. Ga 5,19-23).

La segunda actitud debe ser confrontar tu vida de manera constante con el querer de Dios, mantenerte en una escucha obediente de su voluntad.

Escuchar es la condición esencial del discípulo que quiere unirse a la voluntad de su Maestro. La escucha proviene del deseo de estar en paz con la voluntad de Dios, de entregarse de veras a lo que Él quiere momento a momento.

El Proyecto de Vida es el camino para llegar a actuar siempre en tu vida según el querer de Dios. Por eso implica que te confrontes constantemente con la voluntad del Maestro, con su enseñanza, con sus criterios, que han de ser el fundamento de tu vida. Y esto requiere una actitud constante de oración y de estudio de la Palabra.

Una ayuda importante

Es muy bueno que tengas un guía espiritual o “acompañante” que te ayude en tu crecimiento espiritual. Podría decirse que se trata del mismo Espíritu Santo que te acompaña a través de un alma experimentada en el caminar de la vida cristiana.

Tanto es así que Dios mismo ha sometido a algunos de sus grandes hombres al acompañamiento de otro. Tal es el caso de San Pablo, a quien Ananías introdujo en el camino de la fe y guió sus primeros pasos (Cf. Hch 9,10-17).

El acompañamiento es uno de los medios privilegiados para desarrollar el don del discernimiento espiritual. En la vida espiritual es fundamental dejarse acompañar. Debes tener en claro que la función del acompañante no es solucionar tus conflictos, sino ser una ayuda para que tú descubras la acción del Espíritu Santo en ti.

Lo importante es, precisamente, saber que hay una persona a la que puedes dirigirte y que puede ayudarte. La tarea principal del acompañante será ayudarte a discernir progresiva y coherentemente cuáles serán los siguientes puntos en los que deberás ir trabajando.

Los avances

El Proyecto de Vida es todo un itinerario de conversión y de transformación en Cristo. Es el medio ideal para que vayas creciendo día a día, para ir creando nuevas actitudes en ti, para ir muriendo al hombre viejo, como dice San Pablo. Por eso el Proyecto de Vida se irá modificando según los avances que vayas haciendo.

Es recomendable que dediques un día al mes para evaluarte generalmente y replantear el trabajo. Esta evaluación será muy efectiva a la hora de valorar los logros y los fracasos. Y a partir de ella podrás redoblar los esfuerzos, siempre motivado por alcanzar al Maestro.

Es muy probable que con el transcurrir del tiempo tu Proyecto asuma rasgos personales cada vez más simplificados. Poco a poco irá alcanzando aquella sencillez que es específicamente evangélica y que sería de veras deseable. La experiencia demuestra que, en muchos casos, cada vez que se tiene en mano el Proyecto para modificarlo, se tiende a simplificarlo.

Sencillez significa ausencia de ceremoniales, de apariencias y de superestructuras. Es la capacidad de poder estar a solas con uno mismo en la multiplicidad de las ocupaciones o en el enredo de las muchas cosas por hacer. Esta capacidad de simplificar, esta sencillez, es ciertamente un gran progreso espiritual.

Bien, hasta aquí llegamos. Ahora… ¡manos a la obra! ¡Anímate! Recuerda que solo la pereza, la mediocridad, el amor propio y el orgullo te pueden impedir trabajar con tenacidad por alcanzar a Cristo. Por eso San Pablo afirmaba con fuerza: “Olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, para alcanzar el premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús…” (Flp 3,13-14).

Este artículo fue escrito y publicado originalmente en el Blog “Haciendo Discípulos”, de las Hermanas Discípulas de Jesús.

https: (aquí incluye el enlace del artículo)
discipulasdejesus.org
hermanasdiscipulasdejesus@gmail.com
189.183.160.219

2 respuestas a “PARTE II PROYECTO DE VIDA PARA CATEQUISTAS: LA PERSEVERANCIA ES LA CLAVE DEL ÉXITO ESPIRITUAL”

  1. Disculpen hermanos, pero no han puesto el enlace. Deben completarlo ustedes mismos. Muchas gracias.

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