Un sacerdote católico colaboró para construir un templo protestante
El padre Fitzpatrik, sacerdote católico, yendo un día por la calle se encontró con el reverendo Whittemor, pastor protestante, que estaba inspeccionando la construcción de su nueva Iglesia. El sacerdote católico preguntó cómo andaba la obra y si las contribuciones eran suficientes. “Todo va muy bien” contestó el pastor, “Quizás a usted le agradaría también hacer una contribución. “Mucho me agradaría” respondió el padre, ” pero el obispo no me permitiría nunca que contribuya a la construcción de una iglesia protestante”.
A la mañana siguiente, sin embargo, el pastor Whittemor encontró en su correspondencia una carta del sacerdote católico con un cheque de 50 $ con la explicación. “Aunque, como le dije, el señor obispo no me permitiría nunca contribuir a la erección de un templo protestante, he pensado que sin duda alguna la demolición del viejo supone gastos y estoy seguro de que el obispo no se opondrá a que yo contribuya para demolerlo”.
El hecho de no pertenecer a la Iglesia católica no impide a los católicos cooperar con las iglesias cristianas separadas, para que Cristo sea evangelizado. Pablo escribiendo a los Filipenses les cuenta que algunos cristianos predican a Cristo llevados por la envidia y quieren hacerle competencia a él que estaba en la cárcel. Y les dice con toda serenidad: “¿Qué importa que unos sean sinceros y otros hipócritas? De todas maneras se anuncia a Cristo y eso me alegra y seguiré alegrándome” (Fil. 1,18)
Y nosotros podríamos decir: ¿qué importa que sean protestantes, anglicanos u ortodoxos? lo que importa es que Cristo sea anunciado.
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