PLANIFICACIÓN Y CATEQUESIS

 

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PLANIFICACIÓN Y CATEQUESIS

En las catequesis de todo tipo: parroquial, escolar, grupal, etc, se ha dado siempre la máxima importancia a la previsión, al orden, a la eficacia, a la seguridad de que se van consiguiendo las metas propuestas y se van adquiriendo los conocimientos o los sentimientos adecuados a cada nivel.

No puede haber verdadera educación de la fe, si no se da proceso, superación de etapas, graduación de conocimientos y sentimientos fundamentales. Los que trabajan en la catequesis tienen que realizar la delicada labor de discernir, ordenar, graduar, desarrollar los planes que se prevén oportunamente

En esto se diferencia la metodología de la catequesis de las demás acciones de evangelización: predicación, dirección espiritual, animación, misiones, acciones samaritanas, y otras.

1. EXIGENCIAS DE LA PLANIFICACIÓN CATEQUÍSTICA

La exigencia específica de la catequesis es el orden, la progresiva instrucción y la previsión.

+ La evangelización aprovecha oportunidades, ocasiones, encuentros eventuales… En ella su busca la presentación del mensaje en todo momento oportuno. Y en ella se manifiesta el mensaje al hombre cuando es oportuno y conveniente, pero siempre como un anuncio beneficioso y en todo momento disponible para ser transmitido y recibido.

+ En la catequesis se siguen procesos graduados, ordenados, sistemáticos, que reclaman previsión y planificación. Se sigue un orden. Se requiere una pedagogía y una didáctica conveniente en cuanto a tiempos, formas y contenidos.

En la catequesis se habla más bien de:

“enseñanza sistemática y progresiva de la verdad cristiana  revelada por Dios y transmitida por la Iglesia para ser conocida y vivida cada vez más profundamente”   (Juan XXIII. III Congreso Catequístico de Venecia. 1958)

Por eso el orden y la organización de todo lo que entra en juego es consustancial a la catequesis. El acto catequético requiere “planificación”, que es lo contrario a improvisación. Planificar no es lo mismo que programar, prever, disponer. Planificar es anterior incluso a programar. La falta de planificación suele ser causa de gran parte de los fracasos de la programación.

– Planificar es conocer y analizar la realidad sobre lo que vamos a actuar y que queremos transformar

–  Programar es indicar el qué y el cómo vamos a actuar en los que se refiere a los conocimientos y las metodologías, en función de objetivos precisos y de procedimientos adecuados.

Una imagen inicial nos puede aclarar ideas. Si queremos construir una ciudad, habremos de dar los siguientes pasos:

1. Pisar tierra: observar y anotar todos los datos posibles.

– Conocer el terreno, el subsuelo, las fallas…

– Calcular los recursos humanos y técnicos disponibles…

– Explorar el tipo de gente que la va a habitar: sus necesidades, aspiraciones, limitaciones, exigencias, recursos…

2. Pensar: ¿Qué modelo elegimos de ciudad?

Elegir tipo de edificios y de plano, equipamientos, comunicaciones, servicios… ¿Cuáles son nuestras  opciones preferentes  y criterios?  ¿Qué tipo  de  urbanización queremos construir? ¿Qué tipo de relaciones queremos fomentar entre la gente? Y, conforme a ello, se requiere aplicar mi modelo de ciudad al terreno sobre el que voy a construir, realizo los “planos” generales.

3. Actuar: Es la labor de los constructores y de los realizadores.

Establece la manera de llevar a cabo las prioridades, el tiempo, los materiales, los recursos humanos… Se detalla la construcción de casas, jardines, escuelas… la actuación de los albañiles, electricistas, fontaneros, pintores…

En la planificación catequística se siguen similar estrategia operativa. Más o menos se dan tres pasos similares, aunque en esta labor se cuenta con personas libres y con valores espirituales, no con edificios y con cemento:

1. Se observa el “terreno humano”: la gente, los niños, la familia, el ambiente, parroquia o del lugar, las posibilidades, los recursos. Se analizan con habilidad su origen y los efectos de su presencia o de su ausencia
2. Se disponen las diversas acciones, teniendo en cuenta que, así como la ciudad se realiza sobre terreno, sobre piedras y sobre papeles, la catequesis se planifica sobre seres humanos: cambiantes, fluidos, imprevisibles en muchos aspectos… Así como una ciudad se hace en firme y se va realizando según plazos previstos, la catequesis se ha de apoyar en hombres reales y se requiere mucha claridad en las ideas previas y mucha flexibilidad en las realizaciones progresivas.

En una palabra, así como la ciudad se planifica sobre el papel, la catequesis de debe planificar sobre los seres humanos y se deben cuidar “las curvas” del espíritu humano y no las “rectas” de las previsiones realizadas.

3. Se acomoda la acción a la parroquia, a la comunidad en la que se vive y en la que se prepara a los cristianos para vivir la fe. Si se olvida la parroquia, se da instrucción religiosa, no se forma de verdad la fe. En ella es donde hay que realizar la catequesis: la instrucción, la formación, la convivencia en la fe, la vida cristiana; en ella hay que encontrar modelos, proyectos, alientos y sobre todo a los otros cristianos, hermanos en la fe.

 

3. METODOLOGÍA DE PLANIFICACIÓN

Algunas consignas metodológicas son condición de eficacia y de acierto y deben ser tenidas en cuenta con interés.

– Atención a la perspectiva inicial. Nuestra propia mentalidad, nuestra visión de la relación de la Iglesia-Mundo, nuestro papel como catequistas, nuestras opciones previas.

– Partir de una realidad conocida: los agentes, los destinatarios, las respuestas de acción y las dificultades que impiden su efectividad.

– Apoyarse en una serie de opciones y criterios que proceden de: el modelo de Iglesia que elegimos, la visión de la relación Iglesia-Mundo, el concepto de vocación.

– Establecer la orientación global del proceso que especifican los hechos que se deben cumplir.

– Llevar a la práctica los esfuerzos a partir de los proyectos, los cuales señalan las etapas, metas y actividades que se habrán de realizar.

Cómo se elabora la planificación

* Conocemos los problemas, si los analizamos. Identificamos las necesidades y aspiraciones de los destinatarios. Planteamos los desafíos y las posibilidades. Resumimos toda esta realidad en los grandes puntos críticos que nos indican las posibles líneas de acción.

* Construimos el “marco teórico”, los principios en los que basamos nuestra catequesis, las opciones que la enmarcan y los criterios desde los que orientamos nuestra acción. Determinamos las finalidades generales y señalamos líneas de acción.

* Formulamos los programas o programaciones de la catequesis si relacionamos con habilidad, diversos aspectos como éstos:

         +  Objetivos o fin específicos y operativos.

         +  Acciones y ejercicios diversos individuales y colectivos.

         +  Clarificación de contenidos y de criterios.

         +  Motivaciones y estímulos que se ponen en juego.

         +  Criterios e instrumentos de evaluación.

Lo importante en la planificación es:

Que todos sean conscientes de su valor y colaboren en ella. Que se mantenga con constancia para lograr resultados duraderos. Que se convierta en lenguaje que estimula la participación. Si la planificación no estimula iniciativas, si no coordina etapas, sino apoya el proceso, si no asegura el camino, algo falla en ella.

3. MODELOS DE PLANIFICACIÓN

En todos los ambientes se precisan formas o modelos de planificación adaptadas a las circunstancias en la que se vive. Pero en todos los campos, temas, grupos y proyectos se precisan ideas claras y recursos suficientes

– Se precisa un marco teórico, especificado en el plan diocesano o nacional, en las consignas o en la circunstancias.

– Se debe concebir la catequesis como un proceso de acompañamiento en el marco de la Comunidad Cristiana. Debe ser  un proceso continuo, pues no debe interrumpirse hasta que hayan logrado los objetivos.

– El proceso se dirigirá hacia una meta: la madurez personal religiosa. A ella se llegará a través de unos pasos sucesivos, mediante las etapas naturales de evolución del niño o del joven, incluso del adulto.

– El objetivo global del proceso de catequización de la infancia y adolescencia puede definirse en dos palabras: fe madura, es decir, personalizada;  y fe  comunitaria, comprometida, presente en el mundo, testimonial y evangélica.

Hay etapas que resultan ejes básicos para la acción:

1. Preiniciación en la fe (4 – 6 años).
2. Iniciación fundamental en la fe. (7 – 9 años).

III. Infancia adulta (9 -12 años).

1. Preadolescencia (14 – 16 años). Reencuentro de la fe.
2. Adolescencia (16 – 18 años). Verificación de la fe. Confirmación.
3. La juventud o etapa de integración social. Proyección apostólica

VII. La adultez, que dura todos los años de la vida activa

Los sacramentos, en el proceso, son momentos privilegiados en el proceso. . Pero en modo alguno han de constituir el móvil único para la catequesis. Menos aún han de ser la meta que colma las aspiraciones. Son la expresión significativa de la fe ya formada y comunitaria.

Lo importante es la referencia comunitaria de nuestra planificación. Se concibe la formación de la fe como una preparación para entrar en los criterios y en el espíritu de la comunidad cristiana a la que se pertenece. Se trata de integrar todas las expresiones de la comunidad: la familia en primer lugar, las escuelas, sobre todo católicas, los grupos juveniles.

Sobre todo es la vida parroquial lo que sirve de eje vertebrador de toda la planificación y del seguimiento que debe hacerse de ella.

Nuestros instrumentos de la planificación:

    Las personas que pueden entrar en juego en una acción

    Los programas y los diseños generales y de cada etapa.

    Los textos y las guías para el trabajo con los catequizandos.

    Las actividades y las experiencias que se sugieren y se orientan.

    Las dinámicas que se sugieren con los catequistas.

    Los criterios claros y sólidos en los que nos apoyamos.

    Los recursos disponibles e instrumentos asequibles

    Los riesgos o dificultades que pueden sobrevenir

Temas e ideas para reflexionar

La planificación es un concepto general y bastante difuso. Hay que completarlo con otros términos más operativos: programación, realización,

VOCABULARIO FUNDAMENTAL

Planificación: determinación de acciones con miras a conseguir unos

contenidos, que en catequesis son conocimientos y actitudes.

Programación: es planificación más ordenada y rigurosa, en función de un plan didáctico de materias alcanzables y de procedimientos asequibles.

Metodología: conjunto de sistemas, instrumentos, acciones y recursos que se ordenan en función de una acción que se quiere realizar.

Estrategia operativa: estilo o sistema de trabajo que, debido a la habilidad y a la experiencia en que se apoya resulta provechos y suficiente.

Enseñanza sistemática: sistema de instrucción y comunicación, en el que se responde de forma continua y prevista a cada acción concreta.

Enseñanza progresiva: sistema de acción docente, en el que se va desde lo fácil a lo difícil, desde los concreto hasta lo abstracto.

Modelo referencial; diseño o esquema que sirve de modelo imitable y que se tiende a poner como parte de lo que uno tiene que realizar.

Procuremos tomar en nuestras notas escritas modelos y ejemplos de programación. Sería bueno perfilar algún modelo de programación o de planificación para nuestra catequesis, teniendo en cuenta el ambiente y los catequizandos con los que nos movemos.

Por ejemplo, podemos tratar de hacer un borrador con esta regla de programación que sigue a continuación:

Podemos, en referencia a la actividad catequística, introducir en esta regla, conceptos como:

– Objetivos vitales, no sólo intelectuales.

– Contenidos alusivos a “conocimientos”, pero también a destrezas.

– Instrumentos y recursos que se van a poner en juego.

– Actividades, tanto colectivas o de grupo, como individuales.

– Estímulos y apoyos diversos que se pueden sugerir.

PISTAS PARA EL DIALOGO DE GRUPO

1. Podemos recordar los modos de nuestras catequesis ordinarias:

– ¿Responden  planes concretos y bien estudiados?

     – ¿Somos conscientes los catequistas del plan que seguimos?

     – ¿Podemos definir las líneas generales?

     – ¿Y las del curso en el que nos movemos?  

2. ¿Cuándo y cómo se elabora la planificación de la catequesis en la parroquia?

Dificultades en el curso último o en el presente.

Cómo se han solucionado o superado.

Aspectos más satisfactorio de esa programación

3. ¿Son muchos los catequistas que son conscientes del valor de la planificación? ¿Son muchos más o menos los que improvisan en su labor animadora y educadora?

¿Qué datos tenemos para decir sí o para decir no?

¿Cómo podemos hacer para que los catequistas, todos, se sientan y sean de verdad protagonistas?

¿Cuáles son los riesgos o dificultades de este protagonismo?

4. ¿Identificamos planificación y programación, preparación inmediata de una catequesis, de una clase, de una acción catequística, o preparación de un plan de acción más general y participativo?

Sería interesante se tratara entre todos de clarificar estos contenidos y diferenciar su significado. ¿Son equivalentes estos conceptos, planificación y programación, son diferentes o están interrelacionados?

 

Rasgos de la planificación	Rasgos de la programación
Objetivos específicos	Objetivos operativos
Contenidos y temas	Conocimientos religiosos
Actividades y Ejercicios	Dinámicas religiosas
Catecismos de la comunidad	Textos religiosos y de catequesis
Catequistas	Profesores , Educadores