LOS CATEQUISTAS A PARTIR DE SUS MOTIVACIONES

LOS CATEQUISTAS A PARTIR DE SUS MOTIVACIONES

 

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LOS CATEQUISTAS A PARTIR DE SUS MOTIVACIONES

No es fácil hacer una descripción del hacer del catequista por el amplio abanico que presentan es decir, desde aquel sencillo y humilde campesino que apenas conoce el evangelio pero lo hace vida en su experiencia, hasta el profesor en aula donde comunica la fe con argumentos teológicos y filosóficos. Presentamos algunos modelos de catequistas desde su hacer y qué hacer:

  • Antena o repetidor: transmite todo tal y cual le han enseñado o aprendido. Da más importancia al mensaje teórico y no toma en cuenta a la persona, al grupo, a la situación real.
  • Profesor: es quien transmite a Cristo como una doctrina que haya que saber y no una Buena Nueva llena de esperanza que hay que vivir. Formalismo y formulismo.
  • Los nuevos Mesías: son quienes presentan su experiencia viva de fe como únicas, sus inquietudes socio-políticas como las únicas alternativas, sus afanes como los mejores… Nadie puede transmitir cosas suyas sino las que el Padre ha revelado en Cristo.
  • Los artistas: gente suelta, no dan mucha importancia a la comunidad, sin una verdadera y correcta relación con la Iglesia.
  • Los moralistas: los que enseñan lo que hay que hacer o no hacer, ven en todos los actos un sentido de pecado y han transformado la catequesis en enseñanzas de normas prácticas.

¿CUAL ES LA FIGURA DEL CATEQUISTA PRESENTADA POR LA IGLESIA?

En el Concilio Vaticano II

En los documentos del Vaticano II encontramos una definición que marca el ser y hacer del catequista, nos dice que son cooperadores eficaces de los sacerdotes en el anuncio de la Palabra de Dios. Esta definición nos manifiestan es por “la falta de sacerdotes y por la multitud de gente para evangelizar”.

Pero hay que formarlos en la doctrina católica (Biblia y liturgia), en el método catequético, en la práctica pastoral y en la moral cristiana; y recomienda a que procuren vivir la piedad y santidad de vida.[1]

En Medellín y Puebla

Se habla más de la figura del catequista, tratado desde el tema más amplio de la catequesis en general. Pero, a partir de los criterios que dan para una verdadera catequesis podemos descubrir la figura del catequista:

  • La catequesis es fruto de la comunión y participación: El catequista es el que vive la comunión eclesial, está en comunión con la iglesia y en virtud del Bautismo participa de la construcción de la comunidad.  Al mismo tiempo es quien impulsa a una visión social y comunitaria del cristianismo, formando hombres comprometidos en la construcción de un mundo de paz.
  • La catequesis fundada en la Fidelidad a Dios: El catequista no se predica así mismo sino a Jesucristo, siendo fiel a su palabra y a la integridad de su mensaje.
  • La catequesis exige la fidelidad a la Iglesia: El catequista sabe que la fidelidad a Jesucristo va unida a la fidelidad a la Iglesia, que con su labor construye la comunidad, que debe hacerlo en unión con los Obispos y la misión que ellos le han entregado.[  En este sentido el Catequista es la expresión de la comunidad que con su acción catequizadora la hace crecer más, por eso es: “HOMBRE DE LA COMUNIDAD PARA LA COMUNIDAD.
  • La catequesis exige Fidelidad al hombre: Entrar y respetar los valores de la cultura (uso y adaptación del lenguaje catequístico)Conocer, reflexionar e iluminar los acontecimientos humanos.[ Asumir las angustias y esperanzas del hombre de hoy para ofrecerle las posibilidades de una salvación integral en Cristo…

El catequista es quien debe mediar entre fe y vida.

En Santo Domingo

La novedad de Santo Domingo fue que presentó a la catequesis “como parte del

Ministerio profético de la Iglesia”, actualizando la revelación amorosa de Dios manifestada en Jesucristo, lleva la fe inicial a su madurez y educa al verdadero discípulo de Jesucristo… escudriñando el Misterio de Cristo, ayuda a presentarlo como Buena Nueva en las situaciones históricas de nuestros pueblos. Además presenta la catequesis como Kerigmática y misionera.] De aquí que: el catequista es evangelizador y profeta al estilo de Cristo.

A PARTIR DE TODO ESTO ¿QUÉ CATEQUISTAS NECESITAMOS?

Para sacar líneas concretas leemos la Primera Carta de San Juan y miramos al documento: “Líneas comunes de Catequesis para la Paz”.

“Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y nuestras manos han palpado acerca del Verbo que es la vida:… se lo damos a conocer para que estén en comunión con nosotros, con el Padre y con su hijo Jesucristo”.

Ser “testigos” no es repetir temas aprendidos, sino haber hecho una experiencia fuerte que nos obligue a contar lo que vivimos.

No podemos relatar sólo noticias sobre Jesús, aunque lo hagamos con todo el calor humano o la perfección de las ciencias bíblicas y teológicas; es necesario ser como María cuando anuncia la resurrección de Cristo: “¿Qué has visto, María?”. “La tumba de Cristo viviente, la gloria de Cristo resucitado, los ángeles testigos suyos. Cristo, mi esperanza, ha resucitado”.

“Contemplar: estar en el lugar sagrado donde Dios se manifiesta y se hace ver de manera  misteriosa para descubrirlo, observarlo, pero no solos, sino “con” los demás, en unidad al mundo…

Tocar a Cristo. Sentirlo en las cosas más pequeñas e insignificantes, como lo tocamos con la misma emoción de la caricia del niño hacia su madre o del novio hacia su novia. Es un contacto, fruto del amor que todo lo agarra y lo hace nuevo.

EL CATEQUISTA ENAMORADO DE CRISTO Y DE LOS QUE CRISTO HA AMADO

Esto que hemos reflexionado ahora es importante para la formación de una ESPIRITUALIDAD del catequista: ésta adhesión a Cristo y el amor profundo a la Iglesia, como Cuerpo de Cristo, hace que el Catequista sea:

  1. a)Testigo:

–         De Dios Padre, porque ha hecho la experiencia de hijo.

–         De Jesús, porque lo ha tocado y contemplado

–         Del Espíritu Santo, porque es la fuerza que lo mueve hacia los demás.

–         Es testigo de una experiencia personal de Dios: experiencia provocada, alimentada y evaluada en la comunidad/Iglesia.

Para ello necesitamos de catequistas que sean:

–         Hombres de oración (personal, con la comunidad y para la comunidad).

–         Hombres que leen, estudian y meditan la Palabra de Dios.

–    Hombres que vivan una dimensión litúrgica y participen de los sacramentos fuertemente.

Sus desafíos son:

–         Ser hombres de Dios y de la Iglesia en este mundo.

–         Imitar la vida de Jesús con la propia vida; es decir, hacerse pequeño, sencillo con todos, para hacer crecer desde adentro la semilla del Reino. No sentirse autoridades o buscar privilegios, sino servidores humildes del Padre, que todo lo puede.

  1. b)Profeta: 

–         La íntima comunión con Dios provoca en su vida una acción de renovación de todas las realidades que lo rodean hacia la construcción del Reino del Padre.

        Para ello necesitamos de catequistas que sean:

–         Profetas con el testimonio de vida, niños, jóvenes, parejas, padres, vecinos, etc.

–         Hombres seriamente metidos en su realidad y con su gente.

–         Hombres de justicia, que promuevan la denuncia de todo lo malo y afirmen claramente la verdad.

–         Hombres de esperanza, porque siempre es posible el cambio de esta situación.

         Sus desafíos son:

–         Ser personas de su pueblo, que reconocen y valoran su cultura, sus raíces.

–         Que no rechazan lo propio, sino lo asumen y que a partir del Evangelio rescatan lo positivo para perfeccionarla. (Tradiciones, fiestas, religiosidad popular…).

  1. c)Maestro: 

Como Jesús, son los que acompañan y orientan a la comunidad en un camino de liberación total, conducen a una adhesión con Cristo, los incorporan a la comunidad y a la vivencia de su fe en la vida práctica ayudándolos a descubrir su misión.

         Para ello necesitamos catequistas que sean:

–         Siempre más expertos y conocedores del mensaje cristiano en su totalidad.

–         Preparados en tratar con las personas (psicología, metodología,…).

–         Capaces de trabajar en comunión y para la comunión.

 

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